haben die Felsen zu Horte,
die kleinen leben so.
sino términos abiertamente antipoéticos, como la referencia al sistema bustrofédico, o bustrófedon, que es el término estrictamente técnico para un tipo de escritura que no tiene un sistema fijo lineal. La palabra proviene de del griego Βου- (bou, buey) - στροφή- (strofe, vuelta o giro) -δον (sufijo adverbial), por su semejanza con la trayectoria formada en las tierras de labor con el arado (tirado por bueyes). El ejemplo más popular de este tipo de "escritura" en nuestros días es su aplicación en el juego de Serpientes y escaleras.
Monumento de Sulthanan, en el Museo de las civilizaciones anatólicas, en Ankara, Turquía.
La estela contiene una escritura jeroglífica escrita en el sistema bustrofédico.
Osterinsel
Eine so kleine Insel,
wie ein Vogel über dem Meer,
kaum ein Aschengerinnsel
und doch von Kräften nicht leer,
mit Steigebilden, losen,
die Ebene besät
von einer fast monstrosen
Irrealität.
Die groβen alten Worte
—sagt Ure Vaeiko—
haben die Felsen zu Horte,
da kleinen leben so;
er schwelt auf seiner Matte
bei etwas kaltem Fisch,
hühnerfeindliche Ratte
kommt nicht auf seinen Tisch.
Vom Pazifik erschlagen,
von Ozeanen bedroht,
nie ward an Land getragen
ein Polynesierboot,
doch groβe Schwalbenfeiern
einem transzendenten Du,
Göttern von Vogeleiern
singen die Tänzer zu.
Tierhafte Alphabete
für Sonne, Mond und Stier
mit einer Haifischgräte
—Baustrophedonmanier—:
ein Zeichen für zwölf Laute,
ein Ruf für das, was schlief
und sich im Innern baute
aus wahrem Konstruktiv.
Woher die Seelenschichten,
da das Idol entsprang
zu diesen Steingesichten
und Riesenformungszwang —
die groβen alten Worte
sind ewig unverwandt,
haben die Felsen zu Horte
und alles Unbekannt.
Moto Nui, la isla del culto a los hombres pájaros, con los célebres petroglifos
Isla de Pascua
Una isla tan pequeña
como un ave sobre el mar,
apenas un coágulo de cenizas
sin fuerza,
con estatuas de piedras dispersas,
la llanura diseminada
por una monstuosa
irrealidad.
Las grandes y antiguas palabras
—dice Ure Vaeiko—
tienen las rocas por casa,
las pequeñas viven así;
él vegeta en su estera
ante un poco de peces fríos,
una rata enemiga de los pollos
no llega a la mesa.
Asediada por el Pacífico,
por los océanos amenazada,
nunca llegó a tierra
una barca polinesia
sino grandes fiestas de golondrinas
a un Tú trascendental,
dioses de huevos surgidos
cantan a los danzantes.
Alfabetos animales
para sol, luna y toro
con una espina de escualo
—sistema bustrofédico—:
un signo para doce sonidos,
un grito para lo que duerme
y al interior se edificaba
por sustancias constructivas.
De dónde los estratos del alma
de los que nació el ídolo
para estas visiones de piedra
y coacciones a formas gigantes—
las grandes y antiguas palabras
son eternamente inmutables,
tienen las rocas por casa
y todo lo ignoto.
Publicado originalmente en Gesammelte Gedichte, 1927
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